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Bagatelas de la lengua
Algunos comentarios breves

El DPD y las fechas | 2007-07-21

Dice el Diccionario panhispánico de dudas en el artículo «fecha» que según la ISO las fechas se escriben así: «1992 diciembre 31» (apartado 1c). No dice a qué norma ISO se refiere y por más que he buscado no he encontrado ninguna en la que se afirme tal cosa. La unica norma ISO referida a fechas que he encontrado es la 8601, pero sólo se aplica a las escritas completamente con cifras. Cuando en una obra de este tipo se cita la ISO, lo menos que se puede hacer es dar la referencia concreta. Por otra parte, en el apartado 5 se dice que es incorrecto expresar los años anteriores a Cristo con números negativos, sin dar explicaciones. Lo cierto es que según la norma que he citado los años anteriores a Cristo sí se pueden escribir con un menos, y en la práctica no ha sido raro hacerlo, no sólo en España sino en otros países. Por tanto, y a pesar de lo que dicen las Academias de la lengua, no es incorrecto el menos para los años anteriores a Cristo (y me parece una notación más concisa y clara que tener que escribir continuamente a. C., abreviatura que además se puede confundir con «año de Cristo»).

Unidades físicas imposibles | 2006-10-22

Dice el artículo 3.1.2 del Real Decreto 1317/1989 (España): «Los nombres de las unidades debidos a nombres propios de científicos eminentes deben escribirse con idéntica ortografía que el nombre de estos, pero con minúscula inicial». A tenor de lo dispuesto en este decreto, ampere no es una forma correcta para el amperio, pues su nombre habría de ser ampère. Pero, lo que es peor, ni siquiera farad, oersted y volt son formas correctas, puesto que los nombres de los científicos son Faraday, Ørsted y Volta. El Sistema Internacional, de hecho, no impone la forma del estándar francés en los nombres de las unidades que derivan de científicos (sólo los símbolos son universales en la medida en que sea posible) y la forma adoptada oficialmente varía con el país; por ejemplo, en sueco e inglés hay alguna variación mínima; en finés, checo y polaco se han establecido como oficiales las vernáculas; en español (de España), se consideran válidad ambas, con las matizaciones hechas. Dada la larga tradición de las formas españolas en muchas unidades electromagnéticas y mecánicas, parece preferible su uso a las del estándar inglés. (2010-08-03: Este decreto ya ha sido derogado.)

Trifulcas matemáticas | 2006-06-24

Andaba leyendo el tercer volumen de El pensamiento matemático de la Antigüedad a nuestros días, de Morris Kline (Alianza, 1992), y me sorprendió que los matemáticos estuvieran atacando y discutiendo constantemente; incluso admiran los errores de los demás. Por ejemplo, no es raro leer cosas parecidas a «El autor que hizo el primer ataque sistemático a la teoría combinatoria fue Poincaré», pero si sigo, descubro que no sólo no la atacó, sino que de hecho la desarrolló. Parece que los traductores no se han molestado en mirar un simple diccionario bilingüe al encontrarse con semejante contradicción, porque hubieran descubierto que «to attack» no sólo es «atacar a» sino también «abordar». Y cuando se «discute» algo, lo que realmente se hace es «tratar» (del inglés «to discuss»). Y aunque desusado, «to admire» también es «sorprenderse por». Tal vez, pensé, es que los traductores son muy buenos en matemáticas, pero cuando de pronto veo «ecuaciones polinomiales» (sic) en lugar de «polinómicas», vuelvo a mi conclusión de que lo mejor es aprender un poco de inglés e ir a los originales: es mejor un buen inglés que se entiende a medias que un mal castellano que dice absurdos.

Curso de ortografía bárbaro

Leo el siguiente despropósito en una página de Internet con un curso de ortografía (que comento entre corchetes):

Se usa mayúscula al principio de un escrito.
Después de punto y seguido, punto y aparte. [Falta una conjunción.]
Cuando escribimos nombres propios y los nombres dados a animales. [¿Se refiere a los nombres comunes dados a animales como perro, vaca y burro? Si se refiere a los que damos a animales concretos, son tan propios como los que damos a personas o cosas.]
Los nombres geográficos. [Pero sólo el específico, no el genérico.]
Los atributos Divinos sic (Santo, Redentor, Monseñor, Pastor, etc.) [La palabra divino no es un atributo divino, luego le sobra la mayúscula.]
Los sobrenombres.
Los títulos de obras: "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha." [Falso. Además el punto debe ir tras las comillas.]
Los títulos de dignidades y autoridades (Secretaria, Gerente de Ventas, etc.) [Falso.]
Los números romanos. [Tambien pueden ir en versalitas.]
Los nombres de Instituciones [La palabra institución no es una institución, luego sobra la mayúscula.]
Los nombres de las ciencias: Biología, Psicología, etc. [Falso. Sólo si son nombres de departamentos, facultades, asignaturas, etc.]
Generalmente, después de dos puntos. [Al contrario, la mayúscula tras los dos puntos es la excepción.]

Es sorprente que en tan pocas líneas haya tanta barbaridad ortográfica, incluyendo la puntuación aleatoria (aquí pongo punto, aquí no), pero además eso de que un gerente de ventas es una dignidad o una autoridad y de que monseñor es un atributo divino es realmente hilarante.

Un dardo catastrófico

Poco bien ha hecho a la lengua la incorrecta interpretación de Lázaro Carreter en uno de sus dardos de catástrofe humanitaria como una simple variante de catástrofe humana. Estas dos expresiones no son equivalentes en lo más mínimo: catástrofe humanitaria se refiere a las situaciones en la que se da una catástrofe por falta de asistencia humanitaria. La catástrofe humanitaria es una catástrofe humana, sin duda, pero no toda catástrofe humana es humanitaria. Tiene razón cuando dice que difícilmente se puede hablar de una catástrofe «que mira por el bien de la humanidad» (y lo mismo con crisis humanitaria, situación humanitaria, etc.), pero si lo hubiera pensado con más detenimiento se hubiera dado cuenta que una alternativa más certera podía haber sido, por ejemplo, catástrofe asistencial. Al negar la necesidad de una nueva expresión, se ha acabado imponiendo la que no corresponde; probablemente eso signifique que haya que acabar aceptando que humanitario no sólo es «que proporciona ayuda humanitaria», sino además «o relacionado con ella».

Da Vinci

El código Da Vinci: la novela de moda y la película de moda al escribir esto. Pero parece que hay algunos que no se han dado cuenta de que en realidad Da Vinci no existió y que no hay ningún cuadro pintado por Da Vinci. Sí existió un artista y humanista llamado Leonardo que nació en la ciudad de Vinci, y el nombre de Leonardo da Vinci significa justamente eso: el Leonardo que nació en Vinci. Da Vinci no es el apellido y por tanto no se puede hablar de ningún cuadro de Da Vinci, porque su autor es Leonardo (y así figura en las obras de referencia); tendría tanto sentido como empezar a llamar al principio de Arquímedes como el principio de De Siracusa (sí, Arquímedes era de Siracusa y por eso se lo conoce como Arquímedes de Siracusa). Esta forma de nombrar no era rara en el medievo y en la antigüedad.

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